Copywriting Antifrágil

Añicos

Definición según la RAE:

Nombre masculino plural. Pedazos o piezas pequeñas en que se divide algo al romperse.

ejemplo: “el jarrón se hizo añicos”.

Igual ahora te viene a la cabeza algo que una vez desapareció, dejó de tener valor para siempre.

Pero quiero demostrarte que no tiene por qué ser siempre así, que en algunas ocasiones cuando algo se rompe es para dar lugar a una cosa aún más valiosa.

eso es la Antifragilidad.

Me encantaría decirte que en un día de inspiración inventé el concepto Antifrágil.

Pero no.

Yo no invento. Esto es para los genios.

Yo solo investigo, escribo y persuado a tus clientes potenciales para que te compren.

Antifrágil es un concepto que acuñó el escritor y ensayista libanés Nassim Taleb y que mi abuela resumiría en pocas palabras:

“Lo que no te mata te hace más fuerte”

Y hablando de mi abuela …

Aquí estamos mi abuela (a la izquierda), mi hermano (en primer plano con el teléfono), mi hermana (a la derecha) y yo (la de la Nancy).

Eran los años 70, los primeros años de mi vida y yo los pasé en el pueblo con mi abuela.

Los años en los que los televisores eran en blanco y negro y solo había 2 cadenas,  los teléfonos formaban parte del mobiliario urbano y del salón de la casa y los niños jugábamos todo el día en la calle hasta que las madres gritaban desde la ventana que era hora volver a casa… persuadiendo con eficacia zapatilla en mano.

Un día, mientras corría por el parque detrás de mi amiga Dori jugando al pilla pilla, tropecé y caí a cuatro patas.

Sentí como un fuego que me quemaba y al levantarme me di cuenta de que tenía las manos y las rodillas sangrando.

Subí a casa de mi abuela llorando. Al ver mis heridas, me llevó al cuarto de baño y sacó del botiquín alcohol y unas gasas para limpiarlas.

Me sentó en su regazo, me miró fijamente y con voz calmada y firme me dijo:

“Tranquila, lo que no te mata te hace más fuerte”.

No entendí muy bien, pero de repente ya no tenía ganas de seguir llorando.

También recuerdo cuando Clarita, una niña de la pandilla un año mayor que yo, decidió que ya no iba a ser más mi amiga y que no iba a invitarme a su cumpleaños.

 Invitó a todos los niños de la calle… Menos a mí.

Lloré de impotencia y frustración y fui a refugiarme en los brazos de mi abuela.

Ella me miró fijamente con voz calmada y firme y me dijo: “Tranquila, lo que no te mata te hace más fuerte

Y seguí sin comprender. Y en ese momento, mientras con su mano me acariciaba el cabello, entendí que siempre iba a haber personas que no me querrían… Y que eso también estaba bien.

En otra ocasión, después de zamparme una bolsa de gominolas prohibidas, me obligaron a comer las espinacas que tenía en el plato.

Llorando y jadeando, trataba de convencer a mi abuela de que si comía más, me iba a doler la tripa y que iba a enfermar.

También en esta ocasión me miró a los ojos y volvió a repetirme: “Tranquila, tú come que lo que no te mata te hace más fuerte”.

Ese día sentí enfado y rabia y seguí llorando hasta que se me acabaron las lágrimas y como ya no podía seguir llorando, me puse a comer espinacas.

Nunca comprendí muy bien el significado de lo que para mí solo era una «frase típica de abuelas» hasta que…

Una tarde calurosa de agosto, con el pueblo engalanado de fiesta mayor y el jolgorio de la gente en las calles, mi hermano pequeño, un angelito rubio recién entrado en la mayoría de edad, nos dejó.

En ese momento todo se paralizó.

Noté como mi corazón se hacía añicos y sentí un dolor tan profundo que solo pude cerrar los ojos y esperar con resignación el momento de mi muerte.

Pasó un minuto … creo

o quizás fue una hora. No te lo podría decir con exactitud…

…Y yo seguía respirando

Entonces, como ya no podía sentarme en el regazo de mi abuela, cogí un lápiz y un papel y me puse a escribir hasta que mi cuerpo cayó rendido.

A la mañana siguiente, cuando desperté, abrí los ojos.

Sí. Seguía respirando.

Noté una sacudida.

Era mi corazón latiendo con una fuerza como nunca antes había sentido.

Y de repente, comprendí.

Mira,

Quieres vender y ofreces un buen producto que puede ayudar a muchas personas.

Pero hay mucho ruido ahí afuera y es difícil destacar.

La competencia es feroz.

Todo cambia muy rápido.

Y cada vez hay más opciones y más sofisticadas.

No puedes abarcarlo todo e implementarlo todo.

No puedes tener el control de lo que no depende de ti.

Y por eso tantos negocios acaban fracasando a pesar de tener un buen producto o servicio que podría ayudar a muchas personas.

Así que…

Has de tomar una decisión.

Llorar o pelear.

Morir o aprovechar los obstáculos para hacerte más fuerte.

Ser frágil o ser Antifrágil.

Cómo hacer de tu negocio un negocio Antifrágil y mucho más es lo que explico cada día a las personas que están dentro de mi newsletter con historias, tips, información y mucho más acerca de persuasión.

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Además, cuando te das de alta también recibes un ebook en el que te cuento algunas estrategias (que han usado y usan muchos de los negocios más potentes) para posicionar tu negocio y hacer que destaque entre tu competencia (por mucha y muy poderosa que sea).

Pero no te hagas ilusiones…

Porque si lo que esperas es un truco rápido o una estrategia mágica que vaya a funcionar mañana, entonces ya te aviso que no es para ti. Mejor no pierdas ni un segundo más de tu tiempo.

Ahora, si eres una persona comprometida con que tu negocio crezca y estás dispuesta a currártelo, casi seguro te va a interesar.

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