Para que te hagas una idea,
Cada minuto se hacen 6 millones de compras online en el mundo.
Ahora imagínate toda la comunidad de Madrid al completo (6 millones de personas).
¿Lo imaginas?
Pues es como si cada una de esas personas estuviese delante del ordenador todo el día comprando algo cada minuto…aporreando el teclado y quemando tarjeta sin parar.
Un día tras otro.
¿Te parece mucho? Porque si es así, has de saber que los expertos auguran que esto irá en aumento.
En nuestro país, más de la mitad de la población (casi 25 millones de personas) estamos dejando en compras online al año, más de 2300€, lo que vendría a ser dos sueldos mínimos.
Mira,
Esto es así y los números lo demuestran.
Pero aún y con esta evidencia, cada día hay más negocios que se lamentan de lo difícil que les resulta vender y lo achacan a cosas como:
que hay demasiada competencia o
que las personas solo quieren comprar lo más barato.
Aquí hay algo que no cuadra.
A ver….
Si por un lado hay tantos negocios a los que les cuesta vender o que directamente no venden ni para sobrevivir …
Y por el otro hay tanta gente comprando,
Es de cajón que la mayoría de gente está comprando a una minoría de negocios.
O lo que es lo mismo, que la mayoría de negocios están dejando que su competencia se quede con su parte de pastel.
Hacen varias cosas.
Por ejemplo:
Y luego… algo tremendamente importante que la mayoría pasan por alto (y que es de lo que quiero hablarte en esta carta).
Pero antes de seguir, me gustaría aclararte algo que suele dar lugar a muchas confusiones.
Comunicar mejor no significa escribir más bonito, ni usar las que algunos denominan palabras “mágicas”, ni evitar las palabras “prohibidas”. Todo eso son cuentos chinos.
Comunicar mejor significa saber transmitir de manera clara y atractiva lo que tu cliente potencial necesita saber para tomar la mejor decisión de compra.
Entonces, si quieres pertenecer a esta minoría que más vende, lo más inteligente y rentable que puedes hacer por tu negocio es usar una comunicación estratégica y efectiva que consiga persuadir a tus clientes de que eso que ofreces es exactamente lo que están buscando.
Y fíjate que no te digo convencer sino “persuadir”.
Igual a priori te parece más o menos lo mismo, pero NO lo es en absoluto.
¿Ah no?
No
Porque (lamento decirte) que NO podemos convencer. Nosotros solo podemos PERSUADIR para que el otro acabe convenciéndose a sí mismo.
Espera, déjame que te explique mejor lo que quiero transmitirte con una historia personal que viví hace unos años.
Atiende.
«Descubrí que la vida era mucho mejor bailando Salsa en un viaje a Cuba, allá por el verano del 96.
Ese lugar cambia a quien lo visita. No sé si es el tiempo, que pasa mucho más lento, o la música que despierta los instintos más básicos, los mangos y los mamoncillos o los cubanos que….
El caso es que allí bailábamos todos los días.
Aprendí a bailar Salsa con Ernesto el Prieto, con Rubén el negro, con José Antonio…
1,2,3…1,2,3
Y esa música entró en mi cuerpo para quedarse.
Pero eso no es de lo que te quería hablar sino de lo que pasó unos meses más tarde, cuando volví de Cuba.
Yo iba a un gimnasio de Barcelona varias veces por semana.
Con el tiempo me di cuenta que había un chico al que me cruzaba en todas partes y a cada rato:
en la piscina,
en la sala,
en el pasillo.
Sospechaba que andaba persiguiéndome, así que me iba escondiendo de él.
No me interesaba lo más mínimo y además, en ese momento yo ya tenía mi noviete oficial.
Un día, al llegar a la sala de actividades, había una clase de salsa.
La música me transportó de nuevo a esos días de bailes y fiesta tropical.
Entré.
El mismo chico al que llevaba semanas esquivando estaba en el centro de la sala dirigiendo a las personas y contando:
1,2,3….1,2,3…
“Izquierda .derecha, izquierda los chicos…”- decía mientras marcaba el paso con un estilo que nada tenía que envidiar al cubano más pintao.
Hipnotizaba verlo moverse al ritmo de la música.
Noté cómo llegaban a mi cabeza imágenes que me provocaban un festival de sensaciones y emociones que no podía controlar.
Me fijé en sus diente blancos, como sacados de un anuncio de dentífrico.
y….tenía una nariz perfecta.
¿Cómo no me había dado cuenta antes?
Y su voz también era muy sensual.
Y sus manos…
Quería acercarme a él. No sé, era una sensación extraña. Me atraía.
Como si de repente ya no quedara nada de aquel chico al que había estado esquivando».
(Más abajo, para los interesados, cuento como acaba la historia. Pero esto viene después).
Ahora, ¿ves por dónde voy?
.
Entonces,
El mercado está lleno de negocios que tienen buenas ofertas, productos que funcionan, servicios estupendos, estrategias buenas de captación, listas bien filtradas.
… Pero que al final tienen muchas dificultades para vender (o directamente no venden).
Y una de las “tácticas” más usadas es bajar precios porque según se dice “el cliente siempre busca lo más barato”.
¿Es verdad?
Relativamente.
Obviamente siempre hay una parte que busca la “ganga”, pero este tipo de clientes son los que NO interesan a un negocio que quiera sostenerse a medio y largo plazo (a no ser que seas un Amazon o un Media Market).
El objetivo es atraer a tus mejores clientes. Esos que están dispuestos a pagarte con gusto por lo que les ofreces.
Esos que valoran la calidad, el trato, la experiencia, la conexión con la marca.
A esos es a los que debes llegar.
Entonces, cuando alguien me insiste en que su cliente lo único que busca es precio, quizás no ha caído en la cuenta que muchos de esos clientes de los que habla, son algunos de los que están haciendo cola durante 12 horas en una tienda de Apple para comprar el último modelo de iPhone por un precio, que en el mejor de los casos, cuatriplica al de su competencia.
Igual habrá quien piense que esto es así porque Apple es mucho mejor que lo que ofrece su competencia.
Seguramente es porque aún no conoce esta historia….
En la década de los 90 Apple estaba al borde del fracaso.
Uno de los socios de Steve Jobs proponía crear ordenadores más económicos para remontar las ventas y no ser barridos por su principal competidor Microsoft.
Pero Jobs tenía muy claro que no solo no iba a bajar el precio de sus productos sino que quería que estos fuesen mucho más caros que los de su competencia.
¿Y qué crees que hizo?
Se centró en su cliente ideal y se dio cuenta de que la mayoría de personas no querían un ordenador sino una vida más cómoda, relaciones más fáciles, sentirse especiales, diferentes…
Entonces Jobs les lanzó un mensaje.
“Esto es por los locos. Los rebeldes. Los alborotadores. Los que ven las cosas de manera diferente. Mientras que algunos pueden verlos como los locos, nosotros vemos genios. Porque las personas que están lo bastante locas como para creer que pueden cambiar el mundo, son las que lo hacen”
“Think Different”.
Y se lo hizo saber utilizando la comunicación como elemento estratégico para poder subir los precios y quedarse con la mayor parte del mercado.
¿Moraleja?
Y esto es lo que yo hago:
¿Cómo?
Estudiando en profundidad a ese que es tu mejor cliente y decirle lo que necesita oir para que tus productos o servicios sean la opción preferida en su cabeza.
¿Y cómo?
Cogiendo todos los puntos que no estén lo suficientemente explotados en tu comunicación y reforzándolos: optimizando los textos para mejorar el primer impacto que genera tu web en el público nuevo, para que tus emails y cartas de venta sean más persuasivas, estudiando cómo mejorar o crear los anuncios, landings…
En definitiva, crearemos un discurso de marca potente, impactante y coherente que se vea reflejado en toda tu comunicación para atraer a esa mayoría de (mejores) clientes que quieres.
Pero antes de acabar, no se me olvida que tengo algo pendiente contigo.
¿Recuerdas la historia que te explicaba más arriba del chico que bailaba salsa en el gimnasio?
Pues bien.
El caso es que después de salir juntos varias veces a bailar y cansada de esperar a que diera el primer paso, fui yo misma la que le planté un beso en toda la boca.
¿Lo mejor? Él no tuvo que convencerme de nada. Yo solita me fui convenciendo hasta que no pude evitar comprar besarle.
Hoy es mi marido.
Bueno, a lo que íbamos.
Que si te interesa saber si podemos trabajar juntos para darle un vuelco a tu comunicación y atraer a más clientes de los que se dejan la pasta y te dejan trabajar tranquilo, entonces tienes pinchar aquí abajo y rellenar el formulario.
PD: Tanto si tu proyecto es un candidato para poder trabajar juntos como si no lo es, te daré una respuesta en 24-48 horas.
PD2: Si tienes alguna duda, antes de tomar una decisión te recomiendo que leas con atención más abajo.
Eso dependerá de cada proyecto.
Las necesidades de cada negocio y el punto en el que se encuentra requerirá de un trabajo más o menos extenso y profundo.
Puedo darte alguna referencia y decirte que el precio mínimo de una secuencia de 10 emails es de 1000€ y de una Carta de Ventas 2500€.
No sé si te parecerá caro o barato, pero lo que puedo decirte que es un servicio totalmente personalizado y por esta razón no trabajo con más de 2 clientes a la vez.
Entonces, que te parezca caro o barato dependerá de lo que tú valores que alguien se implique 100% con tu negocio dedicándote todo su tiempo y sus conocimientos para crear un sistema automatizado que te siga dando dinero una vez recuperada la inversión inicial.
Mediante transferencia bancaria.
– Un 30% en el momento de la aceptación del proyecto.
– Un 70% justo antes de empezar el proyecto.
No. No hay ningún descuento.
Cada proyecto es distinto.
Es más…Si me traes muchos proyectos, el precio quizás es más caro.
Es una cuestión de riesgo.
Mira, te explico algo que le pasó a un amigo mío y que desde entonces tengo muy en cuenta.
Resulta que él (mi amigo) fabricaba pinturas y tenía a sus clientes de toda la vida.
Era trabajador. Le iba bien. Podía vivir tranquilo y nunca se había visto en ninguna situación en la que tuviese problemas de dinero.
Un día recibió una llamada.
Era el director comercial de unos grandes almacenes de los que no voy a decirte el nombre pero que conoces muy bien.
Le proponía a mi amigo que fuese uno de sus proveedores de pinturas.
Mi amigo estaba feliz. Eufórico.
En teoría ahora tenía un cliente que iba a comprar mucho y le permitiría ganar más y deshacerse de algunos clientes pequeños a los que ya no podría atender.
Y así fue.
Primero se deshizo de un par de clientes.
Con el tiempo el volumen de trabajo y la demanda por parte de los grandes almacenes era tal, que tuvo que renunciar a algunos más.
Y así hasta que llegó un momento en el que tuvo que renunciar a todos sus clientes porque con su infraestructura solo podía atender a los grandes almacenes.
Un día se levantó y se dio cuenta de que su empresa dependía totalmente de un solo cliente.
Pero no importaba porque él estaba tranquilo y le daban mucho trabajo.
Pasaron unos meses cuando el director comercial de los grandes almacenes le llamó.
Le dijo que como le estaban dando tanto trabajo, habían decidido que querían pagar menos por cada bote de pintura.
Mi amigo le dijo que el precio que tenía ya era ajustado y que no podía rebajarlo más sin que su negocio saliera perjudicado.
Así que el señor importante, sin siquiera inmutarse, le replicó.
Usted piénselo. Y si no puede rebajarnos el precio, mañana mismo cambiamos de proveedor.
Esto es cierto.
Y es la razón por la cual no hago rebajas… aunque me contrates 50 proyectos.
Y porque voy a trabajar al 100% en cada uno de los 50 sin rebajar mi nivel de exigencia ni un 0,1%.
No.
No hay garantía de devolución.
Si no lo ves claro, te animo a que busques otra alternativa. Estoy segura que encontrarás quien te las dé.
¿Por qué no doy garantías?
Porque hay muchos factores que entran en juego y que yo no puedo controlar.
Por ejemplo:
Eso no lo puedo saber.
Entonces me pongo a escribir para vender laca de uñas verde a mujeres que solo quieren la amarilla…y no funciona.
Estos son algunos ejemplos del por qué no hay una garantía de devolución.
Pero el más importante es:
Porque hago bien mi trabajo y valoro en cada caso lo que está en mi mano para que funcione.
Y no solo por ti y por tu negocio (que obviamente sí) sino también por mi reputación como profesional.
Mi prioridad es que tu negocio gane más dinero, que tú estés satisfecho y que quieras recomendarme.
Por eso, en el caso de que no veas resultados implementando todo lo que te digo, voy a estar trabajando hasta que así sea.
No. La implementación no entra en el precio inicial.
Pero si necesitas que te lo haga, te puedo hacer un presupuesto para incluirlo o recomendarte profesionales de mi confianza.
Ojalá tuviera una bola de cristal, pero no la tengo.
De todas maneras la estructura de trabajo está pensada para que puedas ver resultados en menos de tres meses.
Aún así, ten en cuenta que si lo que buscas es un resultado a largo plazo, construir una buena base resistente y duradera requiere de un mínimo de tiempo y paciencia.
Si buscas algo rápido y cómodo, este no es el lugar.
Sí. Puedes contratar solo un servicio, pero también te advierto que miro con lupa para quién escribo.
Es muy importante que haya coherencia en toda la comunicación de empresa porque en caso contrario podría ser peor el remedio que la enfermedad.
Por otro lado siempre prefiero descartar un trabajo antes que arriesgarme a hacerte perder tiempo y dinero y a dañar mi reputación profesional.
Así que te diré con toda sinceridad si puedo ayudarte.
Si quieres seguir adelante, solo tienes que rellenar el formulario.
PD: Leo tu solicitud y te respondo en 24-48 horas para decirte si puedo ayudarte.